el cuadro La mort qui sème la zizanie del pintor belga Félicien Rops
"La sembradora de cizaña había agotado su carga de muñecas... las imágenes de muerte y destrucción parecían revigorizarla, su aspecto, su figura, desproporción de miembros, cara, greñas, sombrero eran exactamente los de la perversa heroína del cuadro" (p. 17)
La imagen apocalíptica de la muerte sembrando la cizaña, que cubre la primera secuencia narrativa, se va completando con apuntes en otros fragmentos posteriores.
"...vimos surgir sus piernas zancudas e interminables, el inverosímil pantalón de espantapájaros ceñido a su espectral silueta de títere movido por invisibles cuerdecillas o alambres
túnica suelta sobre sus extremidades filiformes, bolsas o refajos con docenas de muñecas, una capa flotante de color lila y rosa en la que envolvía como en una bandera el rostro
la cabeza, su cabeza al fin, recatada no sólo por el velo tupido de las greñas sino también por un vasto sombrero de alas de murciélago, negro, rigurosamente negro, siniestro aterrador, estatua viva del Commendatore, una verdadera aparición..." (p. 118)
Narrativamente el cuadro referido es citado expresamente por el propio narrador en la secuencia de la crisis de enfermedad por SIDA
"... por qué habían puesto precisamente allí la reproducción del cuadro?
elaborado en vernis mou por artista de poderes visionarios, su malignidad, en apariencia discreta, contaminaba insidiosamente la pieza, embebía su atmósfera de una suave y ponzoñosa inquietud
qué significado atribuir a aquella alegoría de la parca sembrando la cizaña colgada en la pared de tu cuarto, a tres metros escasos de la cabecera del lecho en el que, después de tu inexplicable caída, permanecías en un estado febril y confuso, tratando en vano de aquietar los nervios?... (p. 120)
¿Qué finalidad persigue este entrelazamiento de la pintura de Félicien Rops en el desarrollo narrativo de Las virtudes del pájaro solitario?
Evocar que el amor está íntimamente relacionado con la muerte. La conciencia de la fugacidad del tiempo y el desconocimiento del momento final otorga a la dicha una temporalidad etérea tanto más placentera cuanto más consciente se es de su fragilidad.
"El amor de las mujeres -escribió Félicien Rops- contiene, como la caja de Pandora, todos los dolores de la vida, pero están envueltos en hojas doradas y están tan llenos de aromas y olores que uno nunca debe quejarse de haber abierto la caja. Los aromas mantienen alejada la vejez y conservan hasta sus últimos momentos su fuerza original. Toda felicidad se hace pagar, y yo muero por estos dulces y delicados aromas que se elevan de la maligna caja, y a pesar de ello, mi mano, a la que la vejez hace ya temblar, encuentra la fuerza para girar llaves prohibidas. ¡Qué son la vida, la fama, el arte! Todo lo doy por las horas benditas en las que mi cabeza descansaba en noches de verano sobre un pecho moldeado por el vaso del rey de Thule, como éste ahora también desaparecido... "
En la novela Goytisolo presenta a los hombres en un ecosistema en destrucción, sometidos a la angustia vital desencadenada también por la enfermedad del SIDA con el anhelo de huida hacia un mundo diferente.
Bibliografía:
- Goytisolo, J.: Las virtudes del pájaro solitario. Barcelona, editorial Seix Barral, 1987.
- Ruiz Lagos, M.: "Pájaros en vuelo a Simort. Transferencias y metamorfosis textual en un relato de Juan Goytisolo: Las virtudes del pájaro solitario". CAUCE, Revista de Filología y su Didáctica, nº 11, 1988, pgs. 45-104.
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